
Todos sabemos amar, nacimos con ese don. Algunas personas lo practican naturalmente bien, pero la mayoria tiene que reaprender, recordar como se ama, y todos, sin exepción, tenemos que quemarnos en esa hoguera de nuestras emociones pasadas, revivir algunas alegrías y dolores, malos momentos y recuperación, hasta conseguir ver el hilo conductor que hay detrás de cada nuevo encuentro; sí, hay un hilo.